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[:es]De troles y RAEE[:va]Sobre trols i RAEE[:]

[:es]La tecnología nos inunda. Las sociedades occidentales actuales están envueltas en tecnología. Desde el hogar hasta la oficina, nuestro tiempo de ocio, las necesidades básicas… todo parece necesitar de la ayuda de un aparato eléctrico o electrónico. Sin la tecnología hemos creado el homo inutilia. Gracias a ellos, es mucho el tiempo que se ha liberado para otras necesidades, aunque no es menos cierto que otros han creado nuevas necesidades. Nada nuevo bajo el sol.

Sin embargo, ayudas o necesidades llega un momento en que los aparatos se convierten en troles. Sin uso o averiados, abandonados o funcionalmente inútiles, los ordenadores, televisores, secadores de pelo, cafeteras eléctricas y todo el conglomerado de residuos eléctricos y electrónicos necesitan de un tratamiento específico que pueda devolverlos en su conjunto o por piezas al circuito productivo. El homo inutilia necesita deshacerse de ellos antes de que su acúmulo lo cubran. «Que no es para tanto», opinan algunos. Otros, defensores de la ciencia a machamartillo, piensan, «¡Hombre! La tecnología misma aportará la solución». Incluso, hay un tercer grupo cuya bandera es la negación de la mayor: «No son tantos los aparatos, y los que hay no generan problema».

Con independencia del grupo de pensamiento –incluso hay más– en el que cada uno se sitúe, la realidad es que este es un problema que no puede continuar creciendo. Y por ello se ha puesto manos a la obra la Unión Europea con su directiva sobre los RAEE que ya ha sido transpuesta al Estado español mediante el Real Decreto 2088/2005. En nuestro entorno, la Fundación Ecolec, la entidad sin ánimo de lucro que crearon las asociaciones empresariales de los fabricantes y los importadores de pequeños y grandes electrodomésticos, es la encargada de la gestión de tales residuos una vez se han convertido en troles. 

Los residuos eléctricos y electrónicos, los RAEE en la nomenclatura oficial, tienen sus canales de reciclaje: por un lado están las tiendas donde compramos un nuevo electrodoméstico que se llevan el viejo, por otro, los ayuntamientos que mediante una sencilla llamada (o en su web) le informan sobre qué hacer con ellos, y, finalmente, los ecoparques que reciben este tipo de residuos y los tratan siguiendo la normativa establecida. Por tanto, podemos decir que antes que troles, los RAEE disponen de los medios para dejar de ser inservibles.[:va]La tecnologia ens inunda. Les societats occidentals actuals es troben ben embolicades en la tecnologia. Des de la llar fins a l’oficina, el nostre temps d’oci, les necessitats bàsiques… tot sembla que necessita de l’ajuda d’un aparell elèctric o electrònic. Sense la tecnologia hem creat l’homo inutilia. Gràcies a aquests aparells, hem alliberat molt temps que disposem per a fer altres necessitats, encara que també és cert que n’han creat de noves. Res de nou sota el sol.

Això no obstant, ajudes o necessitats arriba un moment en què els aparells esdevenen trols. Quan perden la seua utilitat o s’avarien, quan queden abandonats o són funcionalment inútils, els ordinadors, televisors, eixugadors del cabell, cafeteres elèctriques i tot el conglomerat de residus elèctrics i electrònics necessiten un tractament específic que puga retornar-los en la totalitat o per peces al circuit productiu. L’homo inutilia necessita desfer-se’n abans que el tapen sota les deixalles. «Que no és per a tant», opinen alguns. Uns altres, sòlids defensors de la ciència, pensen, «Home! La tecnologia hi aportarà la solució». Fins i tot, hi ha un tercer grup la bandera del qual és la negació de la major: «No són tants els aparells, i els que hi ha no generen problema».

Amb independència del grup de pensament –fins i tot hi ha més– en què cadascu se situe, la realitat és que aquest és un problema que no pot continuar creixent. I la Unió Europea s’hi ha posat a la feina amb la seua directiva sobre els RAEE, una directiva que ja ha sigut traslladada a l’Estat espanyol mitjançant el Reial Decret 2088/2005. En el nostre entorn, la Fundació Ecolec, l’entitat sense ànim de lucre que van crear les associacions empresarials dels fabricants i els importadors de xicotets i grans electrodomèstics, és l’encarregada de la gestió de tals residus una vegada s’han convertit en trolls.

Els residus elèctrics i electrònics, els RAEE en la nomenclatura oficial, tenen els seus canals de reciclatge: d’una banda estan les botigues on comprem un nou electrodomèstic que poden emportar-se’n el vell, d’una altra, els ajuntaments que, mitjançant una senzilla telefonada (o en el seu web) l’informen sobre què fer amb aquests, i, finalment, els ecoparcs que reben aquest tipus de residus i els tracten seguint la normativa establida. Per tant, podem dir que abans que trolls, els RAEE disposen de mitjans per a deixar de ser inservibles.[:]

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