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[:es]Tener valor[:va]Té valor[:]

[:es]Conceptos tales como rapidez, antigüedad moda se han instaurado en nuestro día a día sin apenas reflexión crítica. Algo que afecta de manera directa a la publicidad y a su valor educativo. Centrémonos en el caso de la publicidad en el ámbito de los residuos.

Muchas campañas de publicidad no aclaran el papel de los residuos en la gestión ambiental. La confusión entre residuo y desperdicio, casi con valor sinonímico, es uno de los errores básicos que frecuenta este tipo de publicidad. O cuanto menos el hecho de no establecer una línea nítida entre ambos conceptos. Otro de los errores habituales en este tipo de publicidad se asienta en la incapacidad de incorporar el residuo como un elemento necesario para fortalecer la circularidad de la economía sin consumo de materias primas. En tercer lugar, hemos asumido que el humo de los coches genera gases de efecto invernadero y, como consecuencia,el calentamiento global. Sin embargo, ¿hemos asumido tales efectos en la generación de desperdicios?

No hace muchos años que han ganado presencia en el campo de la publicidad las storytelling o narración de historias en las que la afectividad, sensibilidad, cercanía se incorporan a la publicidad como elementos emocionales para generar confianza y transmitir el mensaje. Es posible que la generación de positividades emocionales en el campo de los residuos, asociadas a la mejora de las condiciones de vida actuales y de preservación futura, sean una asignatura pendiente con un largo trecho aún por recorrer. Incorporar un valor emocional a los residuos serviría para positivizarlo y, a su vez, dejaría de ser un juego de niños –que también lo es (otro día incorporaremos la gamificación como de positivización de los residuos)‑ para que el residuo deje de ser un desperdicio y pase a ser un producto que merece una atención personalizada en nuestros hogares. Por tanto, el residuo tiene su lugar y su tratamiento. También en nuestros domicilios. Ni son una antigualla ni una moda ni tienen que ser abandonados con la rapidez que se desperdicia algo sin valor. Tiene valor.[:va]Conceptes com ara rapidesa, antiguitat o moda s’han instaurat en el nostre dia de cada dia, quasi sense una mínima reflexió crítica. Un fet que afecta de manera directa la publicitat i el seu valor educatiu. Centrem-nos en el cas de la publicitat en l’àmbit dels residus.

Moltes campanyes de publicitat no deixen clar el paper dels residus en la gestió ambiental. La confusió entre residu i desaprofitaments, quasi amb valor sinonímic, és un dels errors bàsics que sovinteja aquest tipus de publicitat. O com a mínim el fet de no establir una línia nítida entre tots dos conceptes. Un altre dels errors habituals en aquest tipus de publicitat s’assenta en la incapacitat d’incorporar el residu com un element necessari per a enfortir la circularitat de l’economia sense consum de matèries primeres. En tercer lloc, hem assumit que el fum dels cotxes genera gasos d’efecte hivernacle i, com a conseqüència,l’escalfament global. No obstant això, hem assumit tals efectes en la generació de desaprofitaments?

No fa gaire anys que han guanyat presència en el camp de la publicitat les storytelling o narració d’històries en què l’afectivitat, sensibilitat, proximitat s’incorporen a la publicitat com a elements emocionals per a generar confiança i transmetre el missatge. És possible que la generació de positivitats emocionals al camp dels residus, associades a la millora de les condicions de vida actuals i de preservació futura, siguen una assignatura pendent amb un llarg camí encara per fer. Incorporar un valor emocional als residus serviria per a positivitzar-lo i, al seu torn, deixaria de ser un joc de xiquets –que també ho és (un altre dia incorporarem la gamificació com un camí de positivització dels residus)‑ perquè el residu deixe de ser un desaprofitament i passe a ser un producte que mereix una atenció personalitzada a la nostra llar. Per tant, el residu té el seu lloc i el seu tractament. També als nostres domicilis. Ni són una antigalla ni una moda ni han de ser abandonats amb la rapidesa que es deixa de banda allò que ja no té valor. Perquè en té.[:]

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