Cuando adquirimos un producto, lo consumimos y generamos un residuo de envase. Ante esto son varias las opciones que podemos encontrar para evitar su impacto medioambiental.
La primera de ellas sería la reutilización. Algunos de los residuos de envases que generamos en nuestros hogares son fácilmente reutilizables. Uno de los ejemplos más claros son los botes de vidrio que podemos utilizar una y otra vez para conservar productos diferentes del que contenían cuando los compramos.
Cuando la reutilización del residuo de envase no sea posible, la mejor opción de la que disponemos para colaborar en su correcta gestión es participando en la recogida selectiva.
De esta forma los residuos de envases podrán reciclarse, es decir, transformarse de nuevo en cosas útiles, siempre y cuando reciban la gestión necesaria. Para que esto sea posible, es imprescindible que cada tipo de envase sea depositado de forma diferenciada.
Utiliza una bolsa de supermercado para acumular los envases ligeros en casa. Cuando esté llena, le haces un nudo y directamente al contenedor amarillo.
Vacía los envases por completo para que no desprendan malos olores mientras los almacenas en casa.
Pliega los briks y aplasta las botellas de plástico y latas. Así ocuparán menos espacio.
Puedes utilizar el carro de la compra para ir almacenando envases de cartón y papel (que no manchan ni huelen) y llevarlos al contenedor azul cuando vayas a la compra.
Para colaborar en el proceso de reciclado de los residuos de envases, podemos encontrar en nuestros pueblos y ciudades diferentes tipos de contenedores donde depositar de forma separada estos residuos.
Son múltiples y muy variados los tipos de RAEE que podemos generar en nuestros hogares y centros de trabajo, para identificarlos de forma sencilla apunta estos consejos:
La forma más sencilla para identificar un RAEE es preguntarse sobre el funcionamiento que haya podido tener el aparato del cual queremos deshacernos. Si para su funcionamiento ha necesitado pilas, baterías o corriente eléctrica, estamos ante un RAEE.
Otra buena fuente de información es este símbolo:
Si aún tienes dudas, te recomendamos que acudas directamente al manual de instrucciones del producto.
La normativa agrupa este tipo de residuos en diez categorías diferentes. Podrás imaginar que el listado de aparatos que se incluyen en cada uno de los grupos es muy extenso y variado, sin embargo te mostramos de forma resumida los que suelen ser más habituales en nuestros hogares, centros de trabajo, etc.